APARENTAS, APARECES..

Apareces e impaciente, ya que la paciencia aparente nos hiela e integra, entre abismos singulares, de enteras tus lealtades.
Apareces y te decides y entras en entera consonancia con aquello que solamente tú entiendes e iluminas.
Apareces y te cagas de risa del mundo, y teniendo al mundo tienes la fuerza para comértelo de un solo disgusto.
Apareces y planeas conquistar el mundo, de eso vivís, de eso jugas, colorado te encontramos poco a poco en la vera.
Apareces y tomas parte de aquello que aqueja y espesa te acompleja, toda nuestra sincera existencia.
Apareces y te iluminas tiernamente entre las vías, de enredos singulares de adoptarnos nuevamente.
Apareces y nos abrazas, te confesas una sonrisa y en el vértigo del tiempo la alegría entre incomodas posturas es compartida.
Apareces con tu hermosa inocencia y poco a poco complementas el anagrama inconexo de la luna y sus estrellas.
Apareces y aparentas derramada ironía en medio de una estela, la luz te abraza sintiendo travesuras ya asiduas.
Apareces y te constelas en marcada simetría, cada uno de tus rayos, colorados desde adentro, en desorden se estiban.
Apareces y argumentas desdeñando adjetivos y en arisca concordancia, retozas lentamente con la luna como testigo.
Apareces en bifurcadas simetrías, y en lugares diferentes la lluvia te une y te tapa ciegamente, siendo esperanza en tanta alegría.
Apareces y te divertís acariciando estrellas y entre amargos desencuentros tus rallos, aquellos fuertemente arraigados, se astillan.
Apareces y te avecinas en lo mas profundo de la brisa, y con tu falasica ira me toma desprevenida.
Apareces y te objetan, te asustas y te integran y en lo más íntimo a veces se consternan entre lemas.
Apareces e iluminas en consonancia con las ruinas proyectando ser algunas de sus vagas ironías.
APARECES Y EN INCENDIOS DE MELANCOLIA LA BRISA TE DEJA SER FUGAZ ENTRE NUESTRAS LAGRIMAS DE NUESTRO DÍA A DÍA..

¡Kapanga, te quiero!