Eternamente enrredada en tu nucleo interno de sensaciones, me toma de sorpresa todo aquellos que en mi tu reconoces.
Entendiendo inconcientemente eso precario que apetece, me deslumbra tu dureza en el hierro de tus veces.
Se derrite en mis brazos tu secreto mal oido y en lo que poco a poco espero me toma descolorido.
La rareza de tu tiempo lo que tomas, lo que dejas, me deslumbra siertamente todo aquello que aconcejas.
No me tomo ni me invaden los prejuicios mal habidos de bloqueos y disfraces de estar claros sin sensillos.
Me parece inconciente tu conciencia aparente y en el deslumbrar de tu aura tu silencio empalidece.
Poco a poco te voy tomando sin dejar de lado lo que tomas, que de cuando en cuando me ilumino de tus bellezas incomodas.
No tenerte es en mi dejar de tomarte, porque quiero que te quieran, ya que de tu soledad tomo parte, queriendo descubrir ese pequeño estandarte.
Inconciente ciertamente la rareza que me es parte, por mi empalagosa rutina, te tomo en mi sin que te apartes.
Perteneses a un mundo que en mi desconocimiento dejo.
Sin querer que te lastime en todo tomo fuerte, me esfuerzo en pensarte tierno tiernamente, y en sentir entre obleas eso que nos pertenece.
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